La creciente sustitución de olivares por instalaciones solares en Lopera (Jaén) ha encendido las alertas entre agricultores, vecinos y organizaciones agrarias, generando un intenso debate sobre el futuro del campo andaluz. Ante esta situación, el consejero de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural de la Junta de Andalucía, Ramón Fernández-Pacheco, ha hecho un llamado a buscar un equilibrio entre el impulso a las energías renovables y la protección del olivar, un cultivo emblemático en la región.
Durante la inauguración de una depuradora en Porcuna, el consejero abordó las inquietudes generadas por las recientes talas masivas de olivos en comarcas jiennenses para dar paso a proyectos fotovoltaicos. Aclaró que la Junta no promueve ni respalda estas talas, y reiteró el compromiso del gobierno autonómico con la defensa del olivar andaluz.
Sin embargo, Fernández-Pacheco admitió que la normativa actual —competencia del Estado— permite que algunos proyectos energéticos sean declarados de interés general, lo que abre la puerta a la transformación de terrenos agrícolas en suelo industrial. Por ello, propuso revisar esta legislación en el Congreso para reforzar la protección del patrimonio agrario frente al avance de la energía solar.
El consejero subrayó que Andalucía se encuentra ante una gran oportunidad para avanzar hacia la sostenibilidad energética, pero advirtió que esta transición no puede hacerse a costa de paisajes agrícolas que son identidad cultural y sustento económico de miles de familias. "No se trata de enfrentar el campo y la energía, sino de buscar fórmulas que permitan su convivencia", afirmó.

El caso de Lopera, donde se han intensificado las talas en los últimos meses, evidencia el conflicto latente entre la lucha contra el cambio climático y la conservación del modelo agrícola tradicional. Fernández-Pacheco pidió responsabilidad y soluciones con visión de futuro, sin caer en alarmismos.