La ermita de la Santa Cruz de Bujalance ha reabierto al culto tras nueve meses de intensas obras de restauración, motivadas por el grave incendio que la dañó el pasado 15 de noviembre. En un emotivo acto presidido por una misa de acción de gracias, el pueblo se volcó para celebrar no solo la recuperación del edificio, sino también el símbolo de resistencia y fe que representa.
La ceremonia fue concelebrada por el párroco Francisco Roldán, el sacerdote Bernabé Ndavavedu y el diácono Antonio Tello, con la participación del coro parroquial. La alcaldesa, Elena Alba, concejales del Ayuntamiento, cofradías, asociaciones y numerosos fieles se dieron cita para acompañar a la Muy Antigua y Franciscana Cofradía de la Vera Cruz, presidida por Juana Jiménez Ortega, alma de esta reconstrucción.
Durante este tiempo, el templo y sus dependencias han sido objeto de una profunda restauración que ha incluido la renovación estructural de techumbres, paredes e instalaciones eléctricas, así como nueva carpintería, pintura y recuperación de espacios. También se restauraron los Sagrados Titulares afectados por el humo: Ntro. Padre Jesús Rescatado, Ntro. Padre Jesús de la Oración en el Huerto, Ntra. Sra. de la Esperanza, el Cristo de la Vera Cruz y San Francisco, entre otros.
Las pérdidas materiales, como el Belén de Olot o el palio de la Virgen de la Esperanza, fueron irreparables. Sin embargo, la cofradía y el pueblo de Bujalance no cejaron en su empeño. Con conciertos solidarios, rifas, mercadillos y donativos de particulares y entidades, lograron reunir los recursos necesarios para devolver la vida a este histórico templo del siglo XVII, originado por la Cofradía de la Vera Cruz.