La Ermita Madre de Dios, uno de los templos más emblemáticos del municipio de Cañete de las Torres, reabrirá sus puertas el próximo 26 de julio de 2025 tras siete años cerrada al culto por problemas estructurales. La ceremonia inaugural estará presidida por el obispo de Córdoba, Jesús Fernández González, en una jornada que se anticipa como profundamente simbólica para la comunidad local.
La restauración de la ermita ha sido posible gracias a un esfuerzo colectivo que ha movilizado a vecinos, instituciones y entidades religiosas, en un proyecto que ha combinado la recuperación arquitectónica, la protección patrimonial y el impulso espiritual. Desde el inicio de las obras, se han abordado importantes desafíos técnicos, entre ellos la inestabilidad de varios pilares que se asentaban sobre piedras sueltas y que ponían en riesgo la integridad del templo.
Para resolver esta situación, se optó por anclar los pilares con placas metálicas y reforzar toda la base con hormigón, creando un cuerpo sólido estructural. Asimismo, se ha instalado una losa de entre 10 y 15 centímetros de grosor, se ha renovado el sistema de impermeabilización mediante mantas y mallas protectoras, y se ha elevado y reforzado el altar mayor, con doble mallazo y una base técnica adaptada.
El proyecto también ha permitido la redistribución de espacios internos, como la sede de la Junta de Gobierno, que ahora contará con una sala de juntas y oficinas diáfanas. La restauración, sin embargo, no se ha limitado al plano material: representa también un acto de recuperación simbólica y cultural de un edificio vinculado históricamente a la devoción popular y a la identidad religiosa de la localidad.

El presupuesto total estimado supera el medio millón de euros, de los cuales el Ayuntamiento de Cañete de las Torres ha aportado 100.000 euros. El grueso de la financiación ha procedido de donativos particulares, recogidos gracias a campañas organizadas desde la propia hermandad y al compromiso de la ciudadanía. “La fe de un pueblo ha obrado el milagro”, señalan desde la comisión promotora de la obra, que sigue apelando a la solidaridad para concluir los últimos detalles.
Durante estos años, la imagen titular ha permanecido en una sala anexa, a la espera de su regreso al altar. Su vuelta coincidirá con la misa solemne de reapertura, en la que la comunidad podrá reencontrarse con uno de sus espacios sagrados más significativos.
Desde la organización se ha agradecido de forma especial el respaldo vecinal y el compromiso de quienes han hecho posible que la ermita pueda volver a ser centro de culto, encuentro y memoria para las generaciones presentes y futuras.