No es una sorpresa, pero cada año cuesta más soportarlo. ¿Por qué hace tanto calor aquí? ¿Es cierto que vivimos en la zona más calurosa de España? La respuesta, según los expertos, es un rotunda: Sí.
Un valle que atrapa el calor
La clave está en la geografía. El Guadalquivir atraviesa nuestra comarca por una depresión natural flanqueada por Sierra Morena al norte y las primeras estribaciones béticas al sur. Este “corredor térmico” actúa como una trampa de calor, donde el aire caliente queda estancado sin posibilidad de ventilarse.
Además, nuestra altitud es baja —apenas entre 100 y 300 metros sobre el nivel del mar— y la radiación solar es intensa: más de 3.000 horas de sol al año. Si a eso se le suma la falta de brisas marinas, el resultado son veranos cada vez más extremos.
Montoro, en el podio del calor
La comarca no solo es una de las más calurosas de España, es la más calurosa, al menos si miramos los datos oficiales. En agosto de 2021, Montoro alcanzó los 47,6 °C, récord absoluto de temperatura máxima en España, validado por la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET). Córdoba capital y otras localidades del entorno también superan habitualmente los 44 °C en julio y agosto.
Un infierno cada vez más largo
En lo que llevamos de verano de 2025, ya hemos vivido dos olas de calor y los modelos apuntan a que agosto será aún más duro. No solo suben las máximas, también las mínimas: noches con más de 28 °C ya son frecuentes, sin apenas tregua para descansar.
La AEMET y el Ministerio para la Transición Ecológica coinciden en señalar que el cambio climático amplifica estos episodios. Las olas de calor son más frecuentes, duran más y llegan antes. De hecho, algunas ya se registran desde finales de mayo.
Consecuencias en la comarca
Estas temperaturas extremas tienen un impacto directo en la salud, la agricultura y el día a día de nuestros pueblos. Personas mayores, niños y trabajadores al aire libre son los más vulnerables. También sufren los cultivos de olivar y regadío, que exigen más agua justo cuando esta escasea.
Los ayuntamientos de la comarca —como Bujalance, El Carpio o Villafranca— han reforzado las medidas de prevención, desde el cierre de parques en horas punta hasta campañas de concienciación ciudadana.
¿Podemos hacer algo?
Además de las medidas individuales (hidratarse, evitar el sol entre las 13h y las 19h, usar ropa ligera), es clave planificar las ciudades y los pueblos pensando en el calor: más zonas verdes, sombras, fuentes, edificios mejor aislados y espacios públicos climatizados accesibles.
La comarca del Alto Guadalquivir no puede cambiar su ubicación, pero sí puede adaptarse con inteligencia al que, todo parece indicar, será un clima cada vez más extremo. Mientras tanto, toca resistir… y buscar un buen vaso de agua fresca a la sombra.