Con el arranque de agosto, el Alto Guadalquivir cordobés se prepara para un nuevo episodio de calor extremo que podría dejar temperaturas superiores a los 40 ºC y rozar incluso los 45 ºC entre el lunes y el martes de la próxima semana. Aunque una onda corta traerá tormentas localizadas entre el jueves y el sábado, lo más relevante será el cambio estructural de la atmósfera: una poderosa dorsal anticiclónica en niveles medios se asentará sobre la península Ibérica, haciendo que el calor se dispare en buena parte del país.
Las previsiones meteorológicas aún presentan cierto margen de incertidumbre, pero todo apunta a que esta dorsal será especialmente intensa, con valores de altura geopotencial casi de récord para el mes de agosto. Esta configuración implica un descenso del aire en capas medias, que se comprime y calienta, provocando una subida generalizada de temperaturas.
Según los modelos actuales, la masa de aire asociada será excepcionalmente cálida, lo que se traducirá en máximas muy elevadas en todo el valle del Guadalquivir, incluyendo localidades de la comarca como Montoro o Bujalance, que podrían registrar entre 42 ºC y 44 ºC, o incluso más si las condiciones locales lo permiten. Aunque vientos del suroeste o el desarrollo de nubosidad podrían mitigar ligeramente los valores en zonas puntuales, la sensación térmica será extrema.
Se prevé que los días más calurosos sean el lunes 4 y martes 5 de agosto, cuando las temperaturas en niveles de 850 hPa (a unos 1500 metros de altitud) podrían superar los 30 ºC. De confirmarse estas cifras, estaríamos ante uno de los episodios de calor más severos del verano, especialmente significativo en el Alto Guadalquivir, donde las altas temperaturas podrían mantenerse incluso durante la noche, dando lugar a mínimas tropicales.
Ante esta situación, las autoridades sanitarias y de protección civil recomiendan extremar la precaución. Es fundamental evitar la exposición al sol en las horas centrales del día, mantenerse bien hidratado, vestir ropa ligera y de colores claros, y prestar especial atención a menores, mayores y personas con patologías previas. Siempre que sea posible, conviene permanecer en espacios frescos o con ventilación adecuada, y no dejar a personas ni animales en vehículos estacionados al sol.