En la mañana de este domingo se llevó a cabo el traslado del Señor del Santo Sepulcro desde la parroquia de El Carpio hasta la Basílica de San Pedro, en Córdoba. El conjunto, compuesto por el sarcófago, el paso procesional y diversos enseres e insignias, fue conducido mediante un dispositivo logístico que implicó a hermanos de la hermandad y a varias empresas especializadas.
El Señor fue transportado sobre el propio sarcófago, fijado a una plataforma elevadora hidráulica que permitió su manipulación sin necesidad de embalaje. La operación de salida desde el templo parroquial presentó una especial dificultad, dado que el conjunto supera los 1.500 kilogramos. La maniobra fue ejecutada por miembros de la Junta de Gobierno, hermanos de la corporación y técnicos de la empresa sevillana Amado Miguel, dedicada a la manipulación de obras de arte y colaboradora habitual de instituciones como el Museo de Bellas Artes de Sevilla o el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH).

El sepulcro fue trasladado en un vehículo acondicionado para el control de temperatura y humedad, con sistemas de detección de incendios y amortiguación especial, a fin de garantizar su conservación. La misma empresa se ocupó del embalaje de las figuras de los ángeles pasionistas, así como del estandarte, varas, ciriales y demás enseres que acompañarán al cortejo. El paso procesional, por su parte, fue trasladado por la firma carpeña Quaestor.
Ya en Córdoba, el dispositivo contó con la colaboración de la Policía Local, que escoltó el convoy y reguló el tráfico durante la llegada al templo. La Hermandad de la Misericordia, anfitriona en San Pedro, facilitó las gestiones necesarias para la recepción de las piezas.
Desde este domingo puede contemplarse en la Basílica de San Pedro el paso procesional penitencial más antiguo de España, donde la imagen permanecerá expuesta al culto hasta el próximo 18 de octubre.
La Hermandad del Santo Sepulcro participará asimismo en el Vía Crucis Magno, previsto para el 11 de octubre en la capital cordobesa.