Cada 22 de diciembre, millones de españoles aguardan con ilusión el Sorteo Extraordinario de Navidad, un ritual que trasciende el azar y se convierte en símbolo de esperanza colectiva. Sin embargo, en el Alto Guadalquivir cordobés, la relación con la fortuna tiene matices sorprendentes: un territorio que históricamente ha visto pasar los grandes premios de largo, pero que de vez en cuando regala historias de suerte inesperada y localmente transformadora.
Córdoba y su “gafe histórico”
La provincia de Córdoba arrastra desde hace décadas la etiqueta de “gafe” en la Lotería de Navidad. Los grandes premios —El Gordo, segundo y tercer premio— rara vez se detienen en sus municipios. Este patrón se confirma al analizar los ocho municipios del Alto Guadalquivir: Adamuz, Bujalance, Cañete de las Torres, El Carpio, Montoro, Pedro Abad, Villa del Río y Villafranca de Córdoba.
El fenómeno no responde a simple mala suerte: es un reflejo del modelo tradicional de distribución de series completas, que concentra la fortuna en las grandes administraciones de capitales y ciudades importantes, dejando a los pueblos rurales dependientes de décimos individuales y puntos de venta mixtos.
Adamuz: el municipio con la suerte más fragmentada y foránea
Entre los municipios del Alto Guadalquivir, Adamuz se ha erigido como el ejemplo más llamativo de suerte dispersa pero de gran impacto. La localidad ha registrado acontecimientos de diversa índole: premios de proximidad al Gordo, un Quinto Premio directo y, sorprendentemente, la llegada del Primer Premio mediante una compra realizada en Madrid.
En 2013, Adamuz vivió la emoción de “rozar el Gordo”. Vecinos del municipio fueron agraciados con el número inmediatamente posterior al Primer Premio, el 62.246, recibiendo 2.000 euros por décimo. Este hecho mostró que la fortuna podía acercarse sin necesidad de tocar la máxima dotación, generando un efecto psicológico y social importante en la comunidad.
Cuatro años más tarde, en 2017, Adamuz volvió a ser noticia cuando el número 22.253 fue agraciado con un Quinto Premio. Un décimo vendido en el despacho de Puerta de la Villa, número 11, repartió 6.000 euros entre sus compradores. Este evento confirmó que la suerte no solo podía tocar localmente, sino que tenía un impacto directo en la economía de la localidad.
El año 2021 marcó un hito histórico. Dos vecinas de Adamuz compraron en la estación de trenes de Atocha en Madrid un par de décimos del número 86.148, El Gordo de aquel año, logrando que el Primer Premio llegara al municipio por vía foránea.
El Carpio: la diosa fortuna también toca sus calles, aunque en dosis más pequeñas
El Carpio no figura entre los municipios con registros históricos del Gordo o los primeros premios, pero su relación con la Lotería de Navidad ha dejado momentos memorables. El caso más destacado se produjo en 2017, cuando el Quinto Premio 22.253 repartió alegría en varias localidades cordobesas, incluido El Carpio. Diez décimos vendidos en un punto mixto de papelería y prensa ubicado en la Plaza de la Constitución permitieron que la suma de 60.000 euros llegara directamente a manos de los vecinos. Para muchos, fue la primera vez que recibían un premio de esta magnitud, marcando un hito histórico en la vida del municipio.
Lopera (Jaén): cuando la suerte desafía la geografía
A pocos kilómetros del Alto Guadalquivir, en Lopera (Jaén), también se registró la llegada del Gordo de Navidad. En 2011, una mujer recibió 400.000 euros por un décimo del 58.268. Lo curioso es que todas las series físicas del número ganador se habían vendido en Huesca. Sin embargo, esta mujer que trabajaba en una gasolinera situada en el término municipal llevaba un décimo del Gordo de la Lotería de Navidad de aquél año.
Municipios que esperan su oportunidad
Mientras tanto, otros municipios del Alto Guadalquivir mantienen el silencio de los grandes premios: Bujalance, Cañete de las Torres, Montoro, Pedro Abad, Villa del Río y Villafranca de Córdoba no registran premios mayores en el sorteo extraordinario de navidad. Sólamente hay registros de la "pedrea", premios de 100 euros al décimo que sí se han dado en la mayoría de municipios de la comarca.
Sin embargo, la suerte no es completamente esquiva. Bujalance, por ejemplo, recibió en 2022 un total de 3'7 millones de euros en premios de la ONCE, demostrando que los sorteos de alta capilaridad sí alcanzan las zonas rurales. Cañete de las Torres también recibió ese mismo año 350 mil euros del sorteo diario. En este 2025, también en sorteos de la ONCE, Villa del Río, Pedro Abad y El Carpio fueron agraciados con un total de 175 mil euros. Son premios que, si no son los de la lotería de navidad, mantienen viva la expectativa local de cara al sorteo del próximo lunes.
Un futuro esperanzador
La suerte en el Alto Guadalquivir seguirá siendo fragmentada, pero las posibilidades de que toque un premio relevante aumentan con la expansión de la venta por terminal. Cada décimo impreso en un pequeño punto de venta es una oportunidad de cambiar vidas y mantener viva la ilusión colectiva en pueblos que durante décadas miraron los sorteos pasar sin resultados.
En este escenario, el lector percibe una lección clara: la fortuna no se mide solo por series completas ni por la grandeza de las ciudades; en el Alto Guadalquivir, puede llegar en dosis pequeñas, inesperadas y profundamente transformadoras.
