El Carpio ha vivido este sábado una jornada histórica y de profunda devoción con la celebración de la Procesión Extraordinaria Magna Patronal, organizada con motivo del VII Centenario fundacional de la villa. El acto fue promovido por el Área de Cultura del Ayuntamiento, en colaboración con la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción y las hermandades patronales.
Las veneradas imágenes de Nuestro Señor Ecce Homo y Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción, patronos de El Carpio, recorrieron juntas las calles del casco histórico en una procesión extraordinaria que se convirtió en un símbolo de fe, tradición y unión para todo el municipio.
Previo a la procesión, se realizó el traslado de los titulares desde la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción hasta la Plaza de la Constitución, donde se celebró una solemne eucaristía a las 17:30 horas. La misa fue presidida por el vicario episcopal de la Campiña, Jesús María Moriana Elvira, y concelebrada por el arcipreste del Valle del Guadalquivir, Tomás Palomares Vadillo, el párroco de la Asunción, Antonio Mora Polanco, y el sacerdote carpeño invitado, Miguel David Pozo León.
Tras la Santa Misa, dio comienzo la Procesión Magna Extraordinaria, que siguió un extenso recorrido por las principales calles del casco histórico: Plaza de la Constitución, Castillo, Altozano, Antonio Lara, Plaza Constitución, Jesús, Plaza Fray Luis Cabello, Ancha, Feria, Avenida de Andalucía, Cuerda, Horno, Concepción, Plaza Triunfo, Colegio y Jardines del Sagrado Corazón, regresando posteriormente a la plaza para la entrada de los pasos.
El cortejo contó con la participación de mantillas, hermandades de pasión y gloria de la localidad, hermandades invitadas, braceros, portadores, formaciones musicales, clero y autoridades civiles. La Agrupación Musical de El Carpio acompañó al paso del Cristo, mientras que la Banda de Música de El Carpio puso sus sones al paso de la Virgen. El acompañamiento musical del traslado y de la eucaristía corrió a cargo de Miguel Romero Sirvent.
Uno de los momentos más emotivos se produjo cuando, tras la imagen de la Inmaculada, la comitiva se abrió para que todo el pueblo carpeño pudiera unirse al cortejo, participando de forma multitudinaria en esta jornada de fe y memoria compartida.
La ciudadanía engalanó calles, balcones y fachadas para recibir la Magna Procesión, con adornos florales, luminarias y lonas corporativas ofrecidas por las hermandades patronales, que contribuyeron a realzar la belleza y solemnidad de esta efeméride histórica. El resultado fue una jornada de devoción, participación y orgullo colectivo, que quedará grabada en la memoria del pueblo como uno de los actos más significativos del 700 aniversario de la fundación de El Carpio.