Encuesta

El debate está abierto y desde Beconet Noticias queremos conocer tu opinión. Participa en esta encuesta ciudadana y cuéntanos cuál de estas tres opciones prefieres:
Pedro Sánchez ha señalado que “cambiar la hora dos veces al año ya no tiene sentido”, y que el Ejecutivo propondrá a la Unión Europea el fin de esta práctica a partir de 2026, argumentando que apenas se consigue ahorro energético y que los efectos sobre la salud y la vida cotidiana son negativos.
La iniciativa ha reabierto un debate que se repite cada otoño y cada primavera: ¿debe España seguir cambiando la hora o fijar un horario permanente durante todo el año?
¿Por qué se cambia la hora?
Desde hace décadas, los países europeos adelantan el reloj una hora en marzo y lo retrasan en octubre. El objetivo original era aprovechar mejor la luz solar y así reducir el consumo eléctrico en iluminación. Sin embargo, en la actualidad muchos expertos cuestionan el ahorro real y advierten de los efectos sobre el sueño, la concentración y la salud.
En España, estudios de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) y del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) apuntan a que el ahorro apenas supone unos pocos euros por hogar al año.
Además, con el uso generalizado de calefacción, aire acondicionado y alumbrado LED, la diferencia de consumo entre horarios es mínima.
Energía, salud y bienestar
Los defensores de eliminar el cambio horario subrayan que las alteraciones del ritmo biológico que provoca el cambio de hora afectan a millones de personas. El cuerpo necesita entre dos y cinco días para adaptarse, con efectos como insomnio, cansancio o irritabilidad.
Por otra parte, mantener un horario fijo permitiría una mejor planificación energética y social, sin los ajustes semestrales que afectan al transporte, a las comunicaciones y a los horarios laborales o escolares.
Los partidarios de mantener el sistema actual argumentan, sin embargo, que el horario de verano ofrece más luz por la tarde, lo que favorece el ocio, la hostelería y el comercio. En cambio, otros prefieren el horario de invierno, que facilita madrugar con luz natural y se adapta mejor al ritmo solar.
Un cambio que afecta a todos
Aunque ajustar el reloj parezca una simple rutina, sus consecuencias van mucho más allá de los minutos. Afecta a los hábitos, al descanso, al consumo energético y a la organización familiar y laboral. Por eso, el debate no es menor: se trata de elegir qué horario define nuestro ritmo de vida.
Sea cual sea la decisión final del Gobierno y de la Unión Europea, la voz de los ciudadanos será clave. Porque, al fin y al cabo, somos quienes más sentimos si el sol nos despierta demasiado pronto… o si se pone demasiado tarde.
Puedes participar dejando tu voto y comentario en nuestras redes sociales. Los resultados se publicarán en los próximos días junto con la opinión de expertos de la comarca sobre el impacto de esta decisión en el día a día, la energía y la salud.