Un escenario que antes expulsaba alarmas por sequía y restricciones hídricas, hoy muestra signos de recuperación. La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) confirma que los embalses destinados al consumo humano están en niveles óptimos, mientras que las infraestructuras de emergencia han permitido un abastecimiento más seguro durante el último año.
Según el Informe del Observatorio Nacional de la Sequía, a fecha del 31 de marzo de 2025 el volumen embalsado en la cuenca ascendía a 6.366 hm³, un 59,6 % de la capacidad total, lo que representa una recuperación sustancial frente a las condiciones críticas de meses anteriores Ministerio de Transición Ecológica.
Infraestructura estratégica: desde Martín Gonzalo a El Arenoso
Tradicionalmente, el embalse de Martín Gonzalo, con capacidad limitada, era el principal abastecedor de la comarca del Alto Guadalquivir. En sequías prolongadas, como la vivida durante finales de 2024 y comienzo de 2025, su nivel bajaba notablemente, afectando tanto al volumen como a la calidad del agua.
La construcción de la autopista del agua desde El Arenoso hasta la ETAP de Montoro, licitada en mayo de 2025, representa un punto de inflexión: 44 000 habitantes dejarán de depender del sistema vulnerable de Martín Gonzalo, accediendo a un recurso más seguro y eficiente.

Calidad del agua: evolución tras la sequía
Durante la sequía, la CHG reforzó la frecuencia de muestreos de calidad en embalses clave como Martín Gonzalo y Sierra Boyera, ante posibles riesgos sanitarios derivados de la baja renovación del agua embalsada.
Con la llegada de precipitaciones y la recuperación progresiva de reservas, la calidad del agua en la zona del Alto Guadalquivir ha experimentado una mejora visible: los parámetros contaminantes –como turbidímetro, nitratos o metales– han reducido su incidencia, situándose dentro de los valores legales permitidos para abastecimiento humano.
Aunque aún no hay casos documentados específicos de agua no apta en esta comarca, la combinación del nuevo embalse, el incremento de caudales y los tratamientos potabilizadores en Montoro han permitido un notable descenso del riesgo asociado a episodios anteriores.
Reforzando la infraestructura para el futuro
En paralelo, continúa la ejecución de obras estructurales en la provincia. Como parte del plan integral del gobierno autonómico, se ha adjudicado una modificación del proyecto de conexión entre La Colada y Sierra Boyera, mejorando la eficiencia del bombeo, modernizando tomas y eliminando el uso de generadores diesel, lo que redundará indirectamente en la estabilidad del abastecimiento general cordobés.
También se destinan fondos a la modernización de conducciones hidráulicas en el sur corredor de Iznájar–Lucena, que benefician a zonas limítrofes, aumentando la capacidad de transporte de 700 a 1 200 l/s.
Conclusiones para la comarca del Alto Guadalquivir
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Mejora tangible tras sequía: los embalses vinculados al abastecimiento humano han recuperado reservas y calidad; la situación de emergencia ha pasado a niveles de prealerta o normalidad.
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Proyecto de El Arenoso clave: su conexión asegurará agua de alta calidad a más de 44 000 habitantes y reducirá dependencias estructurales de Martín Gonzalo.
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Control más estricto y monitoreo intensificado: la CHG ha aumentado la frecuencia de análisis durante el periodo crítico, reduciendo riesgos sanitarios potenciales.
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Infraestructura reforzada: las obras en marcha y previstas consolidan un sistema más resiliente frente al cambio climático y futuras sequías.
Tras el difícil ciclo de sequía durante el año 2024 y principios de 2025, en la comarca del Alto Guadalquivir cordobés se observa una notable mejora en la calidad y disponibilidad del agua potable. Gracias a obras estratégicas, conexiones avanzadas y control intensificado, la población local empieza a dejar atrás la incertidumbre que durante tantos años condicionó su acceso al recurso más esencial.