Mientras el consumo de tabaco convencional cae a mínimos históricos entre adolescentes, el uso de cigarrillos electrónicos no deja de crecer o, al menos, de mantenerse en cifras preocupantes. Las autoridades advierten: el problema está lejos de resolverse.
La mitad de los estudiantes ha probado un vaper alguna vez
Los últimos datos de la Encuesta ESTUDES 2025, del Ministerio de Sanidad, revelan que el 49,5 % de los estudiantes españoles de 14 a 18 años ha probado un vaper al menos una vez. Aunque supone un ligero descenso respecto al año anterior, sigue siendo un porcentaje “muy alto” según los expertos en salud pública.
Aun así, hay un dato positivo: el 57,3 % de los jóvenes ya percibe el vapeo esporádico como una práctica de riesgo, una mejora notable en la conciencia del problema.
Pero las asociaciones médicas piden no bajar la guardia. La Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria sitúa en torno al 11 % el porcentaje de menores que vapea de manera habitual, una cifra superior a la de 2024. Recuerdan que ningún menor podría adquirir legalmente estos dispositivos, pero la realidad demuestra que los encuentran con facilidad.
Sabores dulces y diseños llamativos: “la trampa de la nicotina”
Los profesionales sanitarios advierten de que muchos adolescentes ven el vapeo como algo “inocuo” o “menos dañino que fumar”, una idea que los expertos del Hospital Clínic de Barcelona desmienten por completo. Neumólogos y psiquiatras señalan que el sector aprovecha la estética y los sabores dulces como chicle, gominola o algodón de azúcar, para atraer a jóvenes que, de otro modo, no se acercarían a la nicotina.
Además, alertan de un riesgo añadido: empezar vapeando puede derivar en el consumo de tabaco tradicional.
El Gobierno endurece la ley: multas, restricciones y veto a los desechables
El auge del vapeo en menores ha impulsado una reforma profunda de la ley antitabaco que ya está en tramitación. Entre las medidas más destacadas:
-
Equiparar los cigarrillos electrónicos al tabaco tradicional en restricciones y prohibiciones.
-
Prohibir el uso de vapers por parte de menores con un régimen sancionador asociado.
-
Multas a padres y tutores si sus hijos menores son sorprendidos fumando o vapeando en zonas prohibidas.
-
Prohibición de los vapers desechables, uno de los productos más extendidos entre adolescentes.
-
Limitación de sabores para reducir su atractivo entre los más jóvenes.
-
Prohibición de publicidad en redes sociales, festivales o eventos dirigidos a público juvenil.
Las organizaciones sanitarias valoran positivamente estos avances, aunque algunas piden campañas educativas más intensas para frenar la normalización del vapeo en las aulas.
La OMS también advierte: un problema global en expansión
La Organización Mundial de la Salud ha vuelto a emitir alertas por el aumento del uso de cigarrillos electrónicos entre menores a nivel internacional. Según su último informe, la industria aplica estrategias de marketing “agresivas y dirigidas”, con especial impacto en el público adolescente.
Un reto urgente para familias y centros educativos
Mientras el nuevo marco legal se discute, el vapeo continúa presente en patios, baños y entornos digitales de adolescentes. Tanto orientadores como asociaciones de padres coinciden en que el reto no es solo normativo: la clave será prevenir, educar y desnormalizar un hábito que muchos jóvenes aún perciben como inofensivo.