Villa del Río ha cerrado un año excepcional para su vida cofrade con la clausura de la Santa Misión de las Hermandades, un proyecto pastoral que, desde mayo hasta finales de noviembre, ha llevado a las imágenes titulares de las cofradías hasta los barrios del municipio. El objetivo: acercar la celebración del Jubileo a los vecinos y renovar la presencia de la Iglesia en las calles a través de procesiones, misas al aire libre y encuentros con colectivos sociales.
La iniciativa, coordinada por la Agrupación de Hermandades y Cofradías, ha sido calificada como “histórica” por su amplitud y su continuidad en el tiempo, así como por la implicación de numerosos voluntarios, hermandades y servicios municipales. Cada salida se convirtió en una jornada de convivencia y participación vecinal, con altares efímeros, calles engalanadas y una notable respuesta de fieles.
Un calendario que marcó la vida del pueblo durante siete meses
La Santa Misión comenzó el 24 de mayo, cuando Nuestro Padre Jesús Resucitado abrió el programa con un recorrido que sirvió como anuncio de lo que vendría después. A partir de ese momento, los traslados se sucedieron siguiendo el calendario marcado por la Agrupación. En Julio sucedió la 2ª salida, con protagonismo para Santa María Magdalena.
En septiembre tuvieron lugar varias de las salidas más concurridas, como las del Nazareno, San Juan Evangelista y la Virgen del Amor. Octubre estuvo marcado por la procesión de los Estudiantes y la Señora de los Dolores y de la Oración en el Huerto, mientras que noviembre concentró cuatro momentos especialmente significativos: la hermandad del Santo Entierro (2 de noviembre), la salida de Nuestra Señora de la Soledad (8 de noviembre), la procesión de la Hermandad de la Paz y Esperanza (22 de noviembre) y, finalmente, la clausura del Jubileo con el Cristo de la Humildad (23 de noviembre).

La clausura, un broche multitudinario
La jornada final, presidida por el Cristo de la Humildad, se convirtió en una manifestación de fe colectiva. La imagen visitó la Residencia de Mayores, se adentró en las calles engalanadas por los propios vecinos y presidió una misa marcada por una inesperada intervención de góspel que sorprendió a los asistentes. La homilía puso el acento en la humildad y en la misión como forma de servicio a los demás.
El regreso del Cristo a la parroquia, atravesando calles ornamentadas con colgaduras de la Santa Misión, selló un cierre simbólico a meses de intensa actividad cofrade y pastoral.
Balance y agradecimientos
La Agrupación de Hermandades y Cofradías de Villa del Río ha expresado públicamente su gratitud por el “enorme esfuerzo humano y económico” de cada hermandad, así como por la colaboración del Ayuntamiento, Protección Civil y Policía Local. La institución destaca que la Santa Misión ha fortalecido la unión entre cofradías y ha permitido “acercar la fe a aquellos que no pueden acudir a los templos”.