Villafranca de Córdoba volvió a convertirse en un referente cultural el pasado viernes, 3 de octubre, con la celebración del IX Encuentro de Poetas por la Paz, organizado por la Asociación Cultural La Talega Roja. El evento, celebrado en el Edificio de Usos Múltiples, reunió a una quincena de poetas y artistas en una velada poético-musical cargada de emotividad y compromiso social.
La cita rindió homenaje al poeta Cristóbal Vega Álvarez, profundamente vinculado a la localidad, y a Antonia Burgos Béjar, escritora y pionera fotógrafa, madre de la organizadora Ana Vega Burgos. En un clima marcado por la violencia global, el acto se alzó como una firme declaración en defensa de la paz. “No podemos parar la guerra, pero sí alzar la voz. Con mi silencio no”, expresó Ana Vega.
Entre los participantes destacó la presencia de Anaís Vega, hija de la organizadora y reconocida poeta, galardonada con el Premio RNE de Poesía Joven y el Joaquín Benito de Lucas, y finalista en dos ocasiones del prestigioso Premio Adonáis. Su intervención reforzó el tono literario de la jornada, marcada por la calidad y compromiso de todos los intervinientes.
Durante el acto se guardó un minuto de silencio por las víctimas en Palestina. La poesía fue protagonista con figuras como Aurora Torres, Lola Caballero, Emilio Calvo de Mora, Pilar Redondo, David G. Lago, Beta Doe y Ángeles Gaitán Orden, entre otros. Además del teatro juvenil del grupo La Talega Roja, que ofreció lecturas de autores clásicos y contemporáneos, el apartado musical contó con la cantautora Ulayya y el rapero Jota, cuya actuación aportó un mensaje de paz y reflexión desde el lenguaje urbano.
Uno de los momentos más destacados fue la entrega de premios del III Certamen de Poesía “Antonia Burgos Béjar-La Campesina Escritora”. Ana González Serrano se alzó con el Premio Ayuntamiento de Villafranca por su obra Paz entre grietas, mientras que Miguel Ángel Romo Sánchez ganó el Premio Acuacierra con A testigo al olvido. Ambos autores, procedentes de Guadalajara, agradecieron emocionadamente la distinción y compartieron sus poemas ante un público visiblemente emocionado.
La jornada concluyó con un refrigerio que sirvió de punto de encuentro entre creadores y asistentes, cerrando una noche en la que la poesía se reafirmó como un acto de resistencia y memoria, y Villafranca como un espacio que apuesta decididamente por la cultura con conciencia.
