Cañete de las Torres es cuna de talentos, y uno de sus nombres más prometedores es el de Verónica Valverde Parrilla, joven pianista que, con apenas unos años de trayectoria, ha sabido conquistar a su público combinando sensibilidad artística y compromiso con sus raíces cofrades.
Desde su infancia, Verónica supo que la música sería parte esencial de su vida. Aunque comenzó tocando tanto la guitarra como el piano, al acceder al grado profesional de música decidió apostar por este último instrumento, que describe como “una prolongación de su ser”. Esta elección, lejos de ser sencilla, fue el punto de partida de una formación exigente que hoy la sitúa a las puertas del tercer curso profesional en el conservatorio.
A Verónica le inspira el deseo de enseñar: sueña con ser profesora de coro, transmitiendo la emoción de la música coral a nuevas generaciones. Esta vocación nace también del entorno familiar. Su padre, apasionado cofrade, le inculcó el amor por la música y por la Semana Santa, una dualidad que ha marcado su identidad artística.
Su incursión en la escena pública llegó de forma inesperada, tras interpretar una pieza en una obra escolar. A partir de ahí, vecinos y amigos comenzaron a impulsarla hacia los escenarios. Así nació el concierto que recientemente presentó, con una primera parte dedicada a grandes clásicos como Mozart o Debussy, y una segunda centrada en marchas procesionales. Un evento que unió tradición y vanguardia, acompañado por músicos locales como Dani Moreno y Sergio García, y respaldado por la Banda de Jesús Cautivo de Villa del Río.
Verónica también se define como intérprete, aunque reconoce disfrutar componiendo y acompañando a otros músicos. “El piano me permite transmitir paz, emoción y plenitud”, afirma. De cara al futuro, su voluntad de crecer sigue firme, afrontando cada etapa formativa con dedicación e ilusión.
Su próximo reto: llevar su música más allá de Cañete, con actuaciones como la prevista en Villa del Río. Una artista que, sin duda, seguirá dando mucho que hablar.